
Fiesta del Campo en Benamargosa 2016
Recetas con aguacates y mangos, productos hortofrutícolas y degustaciones gratuitas aguardan este sábado en la Fiesta del Campo en Benamargosa 2106.
Benamargosa es una de las villas agrícolas más importantes de la comarca de la Axarquía, que forma a su vez parte de esa zona entre Málaga y Granada donde abundan los subtropicales.
En la fértil ribera del río Benamargosa conviven hoy frutos que hace unas décadas resultaban exóticos y hoy parecen autóctonos. Aguacates, mangos, chirimoyas o lichis junto con huertas y árboles de regadío tradicionales de donde sale cada año miles de kilos de tomates, limones, pimientos o patatas, entre muchos otros.
De todo ese variedad agrícola surge precisamente la Fiesta del Campo de Benamargosa 2016 que pone en valor el fértil territorio axárquico.
De esa forma, este próximo sábado se podrán degustar algunos productos y platos elaborados con esta nutritiva materia prima. Es el caso del ‘baticate’, un batido de aguacate inventado en un bar del pueblo o el tradicional zoque, limón (de la variedad llamada allí ‘pera’) aderezado con pimentón, ajo, aceite de oliva, migas de pan y vinagre. Tampoco faltarán la mermelada de mango artesanal, la ensaladilla cateta (patatas, tomate, pimiento, cebolleta, aceite de oliva virgen extra,…) o la ensalada de aguacates. Sin lugar a dudas, una buena jornada para disfrutar de los sabores del campo.

Cerca del centro del pueblo se conserva este singular arco.
Este municipio axárquico ha estado siempre volcado en la fertilidad de sus tierras. Donde hoy se pueden ver miles de aguacates antes era el campo de cultivo de viñas, olivos, higos, hortalizas y limones. De todos esos productos, todavía hoy se conservan algunos paseros y muchos limonares. Sin embargo, la gran industria del pueblo está en la producción de subtropicales, como el citado aguacate, las chirimoyas o el mango.
En el pueblo quedan todavía muchos símbolos que lo relacionan con la agricultura de ayer y de hoy, como el Arco de la Huerta, que se conserva en uno de los rincones del pueblo. Esta infraestructura era fundamental para el abastecimiento de agua en las zonas de regadío. También hay que destacar su Puente de los Diez Ojos, una infraestructura básica para poder cruzar el río Benamargosa con sus habituales crecidas. Gracias a esta obra, los agricultores podían acudir a las zonas de cultivo. En el casco urbano también merece la pena ver su iglesia, la parroquia de la Encarnación, levantada originalmente en el siglo XVI, y las ermitas de San Sebastián y del Cementerio.