El manjar del río Turvilla. Nísperos de Sayalonga
Nutritivo, sabroso y muy jugoso. Son las tres características principales de los nísperos de Sayalonga, una fruta muy saludable que recibe su merecido tributo cada primavera desde la década de los años ochenta. Este pueblo de la Axarquía lleva ya más de tres décadas asociando su nombre al de una de las frutas más suculentas y refrescantes de la estación primaveral, el níspero. Entre los últimos días de abril y la primera quincena de junio suelen recogerse en este enclave del río Turvilla cientos de toneladas de este producto exótico que procede del sudeste asiático.
Para poner en valor sus características y llamar la atención sobre su cultivo se celebra desde hace un cuarto de siglo la fiesta gastronómica del Día del Níspero, declarada como de Singularidad Turística Provincial y de Interés Turístico Nacional de Andalucía. El calendario axárquico señala que cada primer domingo de mayo se desarrolle este evento popular en el que los asistentes pueden degustar la propia fruta, así como sus dos principales productos derivados, la mermelada y el licor.
Además, como es costumbre desde la instauración de esta fiesta axárquica, pasado mañana también se podrá saborear el famoso vino del terreno, un caldo del año que todavía hoy en día se hace artesanalmente en muchos hogares de esta localidad malagueña.
Desde las 11 de la mañana hasta bien entrada la noche este domingo miles de personas se acercarán hasta el pueblo para disfrutar de una de las fiestas gastronómicas con más solera de Málaga, en la que no faltarán ni las actuaciones musicales, como los verdiales, ni otros productos artesanales elaborados en la comarca.
Sayalonga, es junto a dos municipios granadinos, uno de los pocos de Andalucía que ha apostado históricamente por el cultivo del níspero. De hecho, el pueblo está rodeado por miles de árboles que cada primavera dan como fruto estos nísperos, también conocidos en otras latitudes como níspolas, que son consumidos no sólo en la provincia de Málaga, sino que también son exportados a algunos países europeos.
Hay quienes los prefieren degustar directamente y otros, transformados en mermeladas o licores, pero, en todo caso, es posible captar el inconfundible sabor que le otorga a la fruta el microclima del que dispone esta coqueta villa axárquica. Además, se trata de un fruto tan nutritivo como saludable, ya que su alto contenido en agua lo hacen muy recomendable para distintas patologías renales y hepáticas.
Pero, afortunadamente el níspero es sólo una de las tantas excusas que hay para visitar Sayalonga, un pueblo de trazado árabe y de pasado romano que cuenta con calles tan ornamentadas como la del antiguo Ayuntamiento y otras tan estrechas como La Alcuza, que con sus 56 centímetros de anchura está considerada como la más angosta de toda la comarca de la Axarquía. También existen otras calles, que en esta época del año llaman la atención por su ornamentación con coloridas macetas.
Un paseo por su cuidado casco urbano puede llevarnos hasta su peculiar Cementerio Redondo, un camposanto del siglo XIX que, según algunos estudios, podría justificar su diseño y algunas de sus inscripciones con el muno de la masonería. Así se puede conocer si se visita el recinto y su propio centro de interpretación.
En el mismo casco urbano se puede visitar la iglesia de Santa Catalina y la ermita de San Cayetano, ambas del XVI. Pero hay que trasladarse hasta la aldea de Corumbela para conocer el vestigio más antiguo del municipio, un alminar construido durante el siglo XIV, que ahora hace las veces de torre de la iglesia y que se construyó sobre una mezquita. Este legado de la época andalusí está incluido dentro de la denominada Ruta del Mudéjar de la Axarquía, en la que también se incluyen los alminares de Daimalos, Salares o Árchez.
La pedanía de Corumbela se encuentra en el otro lado del valle, por lo que resulta necesario trasladarse por carretera algo más de diez kilómetros. Sin embargo, este trayecto nos permite disfrutar de un paisaje con el particular sello axárquico. De este modo, también podemos conocer distintas perspectivas tanto de esta población como de Sayalonga.
Por otra parte, dentro del pueblo se puede visitar el Museo Morisco de Sayalonga, donde es posible dar un repaso por el pasado de esta villa malagueña. Pese a que el pueblo parece tener un origen andalusí, hay que recordar que fueron los romanos quienes le otorgaron su actual nombre, que significa en castellano «falda o túnica larga», aludiendo así a su ubicación en media ladera del valle del río Turvilla.
2 Comentarios
María Ramos Valdivia
17 mayo, 2014, 08:06:27
Me ha encantado vuestro proyecto. Yo también soy malagueña y quiero hacer algo por nuestra tierra.
Un saludo,
Javier Almellones
18 mayo, 2014, 09:56:57
Muchas gracias, María. Es reconfortante que haya tan buena gente que les guste este proyecto. Cuenta con nosotros si tienes algo pensado en algún proyecto por Málaga.