El espíritu del vino moscatel malagueño
Para respirar la verdadera esencia del vino moscatel nada mejor que disfrutar en primavera y verano de unos tranquilos paseos entre los viñedos de la Axarquía Malagueña. Ni las escarpadas laderas donde se cultivan las vides ni los obstáculos que ha tenido a lo largo de su historia han conseguido cercenar la tradición de producir este vinos artesanal y con personalidad.
Cientos de agricultores se dedican durante todo el año al cuidado de las viñas de la Axarquía y a su posterior cosecha. Podas, trabajos de labranza, eliminación de malas hierbas, recolección de la uva,… Todo se hace de forma manual. No cabe otra opción en terrenos de acentuada inclinación, donde el hombre sólo encuentra aliados puntuales en burros y mulos. Ninguna parte del proceso ha cambiado sustancialmente desde hace más de dos mil años, cuando los romanos potenciaron en la zona el cultivo de la vid.
Ni siquiera la prohibición coránica de consumir alcohol impidió que las viñas desaparecieran. Hay constancia histórica de que, durante el antiguo Al-Ándalus. Las uvas moscatel de la Axarquía se usaron no sólo para su conversión a pasas sino que también se siguió produciendo vino. Eso sí, para eludir el veto islámico se le llamó ‘jarabe malagueño’ (‘xarab al malaqui’) y con ello se consiguió eludir con ingenio y cierta picaresca aquella norma que cumplía con los preceptos de la religión predominante.
La producción de vino moscatel resistió con valentía incluso la plaga de la filoxera que asoló los viñedos de toda la provincia de Málaga en el último tercio del XIX. A pesar del varapalo, muchos axárquicos se negaron a abandonar el cultivo de sus viñas y consiguieron consolidar la elaboración del moscatel, identificado hoy en su mayoría con la Denominación de Origen Málaga.
El prestigio que hoy en día se reconoce al vino moscatel traspasa fronteras. Pero así lo fue ya durante el siglo XVIII. Se cuenta que la zarina Catalina II quedó gratamente sorprendida de la calidad y del sabor de los vinos procedentes de estas tierras. Y eso fue así hasta el punto de que desde Rusia se eximió de impuestos a los caldos malagueños.
Hoy en día el vino moscatel de la Axarquía ha incrementado notablemente su calidad hasta el punto de que han atraído a bodegueros de prestigio de otros puntos del país, como a la familia Ordóñez o al conocido enólogo Lauren Rosillo.
Vino Moscatel – Bodegas Jorge Ordóñez
En Bodegas Jorge Ordóñez han conseguido sacarle el máximo jugo a la moscatel con productos tan exclusivos como el Vino Moscatel Victoria Nº2, el único vino español que hasta el momento ha estado en un banquete de la entrega de los premios Nobel. Con ese caldo único, se han atrevido a innovar y crear incluso una gelatina de vino moscatel que otorga glamour y calidad a cualquier plato.
En el camino hacia la excelencia y a la originalidad, estas prestigiosas bodegas han sacado al mercado incluso un vino moscatel espumoso, actualmente agotado, pero que estará disponible en el mercado a partir de noviembre de 2014.
Vino Moscatel Ariyanas – Bodegas Bentomiz
Anecdóticamente, el matrimonio holandés formado por Clara Verheij y André Both, se lanzó a la iniciativa de crear sus propios vinos con la uva moscatel como punto de partida. Así, han creado no sólo dulces con la moscatel sino también blancos de excelente calidad, como se puede ver en el amplio currículum de cada uno de sus Vinos Ariyanas. Entre ellos, sobresale su vino blanco seco sobre lías finas y un vino naturalmente dulce, con el que consiguen un rendimiento óptimo de la uva moscatel.
Vino Moscatel Antonio Muñoz Cabrera
También existen bodegas con mucho más arraigo, como la de Antonio Muñoz Cabrera, nombre del fundador y abuelo de su actual propietario, Juan Muñoz, que continúa con vehemencia y creatividad la saga familiar. En su pueblo, Moclinejo, no sólo continúa con los vinos dulces y los trasañejos sino que ha apostado por ampliar la gama de vinos a blancos y tintos fundamentalmente. Pese a ello, entre sus elaboraciones con moscatel sobresalen especialmente el Zumbral, con un año de crianza en barrica, y su Rujaq Andalusí, un añejo con 48 meses en botas de roble americano.
Vino Moscatel Ribera del Mudéjar – Hermanos López Martín
Menos antigüedad tienen los vinos que elaboran los hermanos López Martín en la pequeña localidad de Árchez. Del mundo de la construcción, por su afición a la elaboración de vinos caseros, heredada de su padre, Antonio y Francisco López llevan ya más de quince años haciendo vino moscatel dulce y seco, pero también tintos con uva rome o incluso singulares vinos melados (vino y miel).
Este último se asemeja mucho a un producto que ya se bebía con frecuencia en la Antigüedad. En Grecia, era conocido como Melikraton, mientras que los romanos bebían algo similar, pero con el nombre de Agua Mulsum. Esta bodega lo hace ahora con uva moscatel y miel de la Axarquía, creando así un caldo único en el mundo.Casi todos estos productores no sólo se esmeran en hacer vinos sino que también muestran como lo hacen. En los últimos años, ha comenzado a moverse en la Axarquía el enoturismo, con visitas a las bodegas y a los viñedos, acompañadas casi siempre de catas maridadas.
Pero, de cualquier forma, siempre se puede disfrutar del encanto de la Axarquía con sabor a moscatel en paseos entre viñedos. Una de las mejores opciones pasa por recorrer el llamado Camino de la Cornisa, que se toma entre Moclinejo y Almáchar. Un carril ancho de escaso desnivel crestea durante varios kilómetros en dirección a Macharaviaya suaves colinas jalonadas no sólo de viñas sino también de lagares y paseros, todos ellos fundamentales para entender la idiosincrasia de esta comarca eminentemente agrícola.
En éste y otros recorridos, dependiendo de la época del año en que se haga, se podrá ver cómo los habitantes de esta zona se afanan en cuidar con esmero las vides que durante siglos han sido su sustento económico.
2 Comentarios
carmen
12 marzo, 2014, 19:04:34
Que buenas cosas que hay en la Axarquía
Javier Almellones
12 marzo, 2014, 20:37:23
Efectivamente, Carmen. La calidad y la creatividad priman en esta comarca malagueña.