
Migas. El plato que combate el frío
Pastores, arrieros y labradores las han cocinado durante siglos. Su importante aporte calórico las hacían idóneas como fuente de energía para largas jornadas de faena en el campo. Hoy las migas quedan en nuestro recetario como uno de los platos más asociados al frío invernal.
En cada pueblo, incluso en cada hogar, este plato ha recibido un toque distinto, con un ingrediente inesperado o incluso la sustitución de las migas de pan por harina de sémola. A pesar del paso del tiempo, este plato sigue formando parte esencial de la cocina de muchos municipios, como ocurre con la Axarquía, la comarca de Antequera o la Serranía de Ronda. Ya sea acompañada de embutidos, de pescado o de fruta, en muchas localidades se prepara este plato, sobre todo, cuando llueve y hace frío.
Entre las distintas versiones, por ejemplo, están las que se elaboran en La Viñuela, donde se acompaña de naranjas y granadas. En otros pueblos, como Árchez, las arencas y las sardinas son los productos que se sirven junto a las migas. En Sayalonga, sin embargo, además de las arencas se les añaden uvas de temporada.
Los ingredientes que acompañan a las migas cambian radicalmente según se avanza hacia el noroeste, en la subcomarca de Los Montes-Alta Axarquía. Así ocurre por ejemplo en Alfarnate, donde la Antigua Venta que lleva su nombre dispensa a sus clientes ‘huevo a lo bestia’, un plato de migas acompañado por lomo, chorizo, huevo y pimientos fritos. De forma similar, también se prepara en los establecimientos ubicados en la carretera del Parque Natural de Los Montes o en el pueblo de Casabermeja. Sin embargo, en algunos casos, como ocurre en Colmenar, se presentan también acompañadas de morcilla.
Y el pan es sustituido por harina de sémola en Torrox, donde cada mes de diciembre se celebra la Fiesta de las Migas, un evento que cuenta con la declaración de Interés Turístico Nacional de Andalucía.
En la Vega de Antequera, las migas también forman parte de la gastronomía típica del invierno. En Alameda, pueblo incluido en la ruta de uno de los bandoleros más famosos de Andalucía, El Tempranillo, este plato se complementa con derivados del cerdo y naranja, lo que resulta muy similar a otros municipios como ocurre con Valle de Abdalajís. Campillos, Humilladero o Mollina forman parte también de este itinerario marcado por este sencillo plato. De esta forma, se llega hasta la Serranía, donde se encuentra otra de las versiones de las migas. Por ejemplo, en Ronda, las denominadas migas camperas se elaboran con pimiento, tomate, cebolla, huevo y chorizo. Además de la ciudad de El Tajo, también se puede degustar este plato en pueblos del Valle del Genal, como Algatocín, Jimera de Líbar, Benadalid, Atajate o Júzcar.
Las hay incluso que se acompañan de sandía y melón en algún establecimiento de Torre del Mar (Vélez-Málaga). Esta versión ha recibido el sugerente nombre de ‘migas de verano’. Las migas, en definitiva, suelen funcionar con todo tipo de ingredientes. Antaño, incluso, hay quienes las tomaban para merendar… ¡con chocolate! ¿Soprendente, verdad?
Un plato de tanta consistencia, que está acompañado normalmente de derivados del cerdo, marida perfectamente tanto con vinos tintos como con dulces moscatel. El listado de establecimientos idóneos para comer unas buenas migas es muy largo, pero desde el Blog de La Alacena de Málaga os recomendamos especialmente la Posada de Casabermeja, la Antigua Venta de Alfarnate, el restaurante del área recreativa El Alcázar (Alcaucín), Venta El Gato (Málaga), Venta La Nada (Montes de Málaga), restaurante Belén (Colmenar) o la Posada del Tempranillo (Alameda).