Rosario Ginés. Pasión por los dulces tradicionales malagueños
En el coqueto obrador de Rosario Ginés, no hay más química que la buena mano que ella tiene para sus dulces. No quiere oír ni hablar de conservantes u otros añadidos artificiales. Todo lo que se amasa y se hornea allí dentro es tan natural como ella misma, una mujer de Cuevas de San Marcos, apasionada de los productos artesanales e incansable en su afán de conseguir que conozcamos la calidad y la tradición que hemos heredado a lo largo de esos siglos.
Esa pasión se percibe cuando se habla con ella y se le escucha reflexionar sobre lo que estos tiempos nos están deparando en lo que se refiere a la alimentación. Fue una de las razones que la llevó un buen día a salir de una de las tantas crisis económicas que han vapuleado el país.
Emprendió con un recetario dedicado al dulce tradicional su propia cruzada contra la bollería industrial y como lanza y escudo utilizó dulces casi rescatados del olvido, como su pan de cortijo, una buena muestra de la repostería que enlaza con el antiguo Al-Ándalus. Almendra, azúcar, huevo y un toque de canela son sus ingredientes. Al no llevar nada de harina, es un producto apto para celíacos, como bien suele recordar la entrañable Rosario a sus clientes. Y tiene muchos. Unos van directamente a su obrador de Cuevas de San Marcos, otros la buscan en los distintos eventos gastronómicos que se celebran en los pueblos malagueños y hay quienes encuentran sus dulces tradicionales en Internet, a través de esta página, en la que ella confió desde un primer momento.
Rosario no rehuye de las nuevas tecnologías. Le gusta estar al día y está omnipresente en las redes sociales. En su perfil de Facebook cuenta, como en la vida real, sus amigos por millares. Tampoco se corta ni un pelo a la hora de decir verdades como puños en los medios de comunicación.
Su recetario esta grande como su corazón. Al citado pan de cortijo, hay que añadir una treintena de dulces caseros, como los roscos de anís, los roscos de almendra o las tortitas artesanas (similares a los mantecados), en las que se ha atrevido con acierto a sustituir la manteca de cerdo por el aceite de oliva virgen extra de su pueblo. Lo mismo ha hecho en otras recetas. Cuando innova, lo hace siempre para bien. Por eso, no dudó ni un segundo en formar parte de La Alacena de Málaga o pedir la adhesión a Sabor a Málaga, un certificado de calidad de la Diputación Provincial de Málaga.
Muchos años lleva en el oficio como para intimidarse. Y muchos más que le quedan con el mismo empeño inquebrantable. En La Alacena de Málaga sabemos que ese tesón que pone en su tarea le traerá pronto más recompensas, aunque ella se conforma simplemente con seguir satisfaciendo a sus numerosos seguidores.
Un Comentario
Regina
12 febrero, 2014, 11:32:41
Toda una luchadora, incansable, y que no ha dudado en meterse de lleno en las redes sociales para darse a conocer. Mi admiración para esta gran mujer!